Después de las declaraciones realizadas desde el ámbito de la banca, el rifirrafe entre miembros del gobierno que a mi entender es un reparto de papeles, y el desgraciado paripé que se ha orquestado con la visita del secretario de estado del Vaticano,...
La pregunta que me hago es: ¿qué hemos hecho para merecer esto?
Pues en primer lugar tener la paciencia que tanto habla el segundo y que tan poco tienen los primeros en el cobro de sus prevendas, mientras que en el tercero seguimos por el camino de ser los más ilusos de todos los que caminan la tierra, pero alguien se creía que con todo este boato iban a cambiar sus posiciones la jerarquía eclesiástica...que error, que gran error!
Lo de los banqueros no tiene nombre, ayer el Sr. Botín decía que dar crédito de una manera irresponsable no sería bueno para la economía, bueno aquí debía añadir "cómo hemos estado haciendo hasta ahora" que le concedían un préstamo hipotecario a cualquiera por el mero hecho de estar vivo.
Esto va unido a las declaraciones del presidente de la AEB defendió que en España el sistema bancario "no ha hundido" la economía, a diferencia de otros países, sino que ha sido la economía real la que ha puesto "en riesgo" al sistema bancario.
Sin embargo aquí obvia que el sistema financiero está globalizado en primer lugar y que el origen de la crisis es el crack protagonizado por la banca de inversiones. En segundo lugar obvia también que las ayudas del ICO para las PYMES (50%) y el sistema bancario (50%), los que están decidiendo son los bancos y cajas de ahorros que se niegan a prestar dinero y están cancelando líneas de crédito de empresas que están en apuros y además están renegociando con las que no han caído en la crisis todavía provocándosela.
Con respecto a la línea política a seguir por el gobierno, pues me quedo con la frase de Miguel Sebastián, porque yo no tengo paciencia cuando hay más de tres millones de desempleados, de los cuales más de ochocinetos mil no reciben ningún subsidio público, mientras que la banca anuncia un incrementos de beneficios de 8.000 millones de euros ( sólo un 2% menos que el año anterior).
Y lo de la Iglesia habrá que hacer un auto de fé para creerse que no la van a seguir liando este año también, aún con la promesa de la nueva Ley de Libertad religiosa ( que no les perjudica) y el mantener los acuerdos con la Santa Sede.
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