He aquí que D. Mariano siguió el guión anunciado durante los cuatro años de oposición, crispación y más crispación, ni una sola propuesta frente un presidente que en momentos contemporizó, otras veces se defendió con la hemeroteca y en su mayoría contraatacó con eficacia.
Logró a mi forma de ver presentar los logros de la legislatura y provocar que D. Mariano Rajoy tuviera que recurrir al terrorismo y a la inmigración en busca de lugar seguro.
Logró a mi forma de ver presentar los logros de la legislatura y provocar que D. Mariano Rajoy tuviera que recurrir al terrorismo y a la inmigración en busca de lugar seguro.
Pero el guión se volatilizó cuando cayó como un trueno la frase de "usted a agredido a las víctimas del terrorismo" frente a lo cual el candidato Zapatero se enfadó con razón y lo negó de plano.
Agredir es evidentemente ejercer violencia sobre alguién, coaccionar, amenzar verbal y/o físicamente, con este calificativo se despachó para caer en la mayor vergüenza que puede existir, y no se conformó con eso sino que lo reiteró y lo mantuvo.
A veces tiene uno la tentación de no votar, abstenerse, votar opciones minoritarias o gritarle a la luna pero este no puede ser el caso, este es un momento crucial para la democracia española, no se puede tolerar este lenguaje, estos términos y el coste debe ser la derrota electoral, por ello el voto será el instrumento para hacer justicia a tanta mentira, tanto insulto y tanta demagogia populista haideriana, votar es un deber moral y en este caso es necesario un voto por la convivencia, nunca ha estado tan claro.
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