No ganamos para sorpresas, cada día nos anuncian la situación crítica de una entidad financiera y la auxiliadora intervención de los Estados para evitar su quiebra y así evitar el apocalipsis o mejor dicho, el desplome del sistema financiero capitalista.
El otro día escuché al futurible, al Sr. Pizarro, empresario metido a político dijo que lo primero que tiene que hacerse es apagar el incendio financiero en este caso y después pedir responsabilidades.
Yo personalmente encuentro dos elementos más que añadir y que probablmente el Sr. Pizarro olvidó señalar, la necesidad de exigir transparencia a las entidades financieras como piedra angular para saber cuantas entidades se encuentran en situación irregular o con productos tóxicos, y en en segundo lugar la necesidad de modificar las normas de control de los mercados financieros que han fracado al igual que sus organismos reguladores ( o desreguladores mejor dicho).
Sin embargo es necesario señalar que aquí como indica mucha gente existe el detalle minúsculo que supone la socialización de las pérdidas y la individualización de las ganancias dentro de este sistema de la ruleta rusa.
Para muchos sería inconcebible que el BCE hiciera un desembolso similar para ayudar a las familias europeas para poder pagar las hipotecas, o hacer una verdadera política económica y monetaria que no sea exclusivamente la contención de la inflación, sin embargo si ven completamente razonable la inyección de 700.000 millones de dolares a empresas cuyos gestores cobran sumas millonarias en sus finiquitos por su buen trabajo supongo, mientras miles de trabajadores son despedidos sin remisión y no con ese colchón tan agradable que da la abundancia de dinero.
En fín, que sabremos los que decíamos que el mercado no es el Totem y que no puede autorregularse, sino que su falta de regulación conlleva evidentes excesos que al final pagamos todos, queramos o no por medio de esas entidades económicas que no rinden cuenta ante nadie (BCE).
Reivindicar la política y los espacios de debate de ideas es más necesario que nunca, recharzar el pensamiento único, abogar por una alterglobalización y por un comercio justo son elementos imprescindibles para evitar que la fiestas financieras terminen en inmensas resacas que padecen los contribuyentes, tanto en europa y EEUU como en el resto del mundo debido a que los más perjudicados son y serán siempre los pobres del planeta.
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