martes, 16 de septiembre de 2008

El pintalabios y el cerdo

Vaya polvareda se está liando en la campaña presidencial norteamericana, a la difícil situación en Iraq y Afganistán se han añadido el efecto Pallin, el huracán que arrasó Luissiana, la quiebra de Lehman Brothers... Todos son extraordinarios condimentos aderezados por el record de recaudación del candidato Obama.
De todos ellos el efecto Pallin ha sido a mi parecer un elemento más influyente sobre la candidatura republicana, el Sr. McCain que reconoce no saber mandar un e-mail y de economía sabe lo que le dice su consejera Fiorino tuvo un golpe de efecto curioso con la nominación a la Vicepresidenta de una mujer sin experiencia, que levanta ampollas entre los ecologistas del Club Sierra, y que además parece la vuelta al once titular de los neocon.
La necesidad se ha convertido en virtud, Mc Cain no sabía como sacar el debate de la guerra de iraq, la sanidad, la maltrecha economía que provoca todos los días una sangría de puestos de trabajo y se sacó un conejo de la chistera.
La Sr. Pallin sólo sirve para sumar los votos de los extremistas y generar el debate sobre el aborto, la eutanasia, y el matrimonio homosexual, como si fueran los temas claves para conseguir marcar una agenda conservadora.
He de añadir otra cosa, le gustan mucho los calificativos y sobre todo los despectivos, no he echo más que incendiar la campaña con afirmaciones que parecen retrotraer el debate a tiempos de Nixon.

Si la alternativa republicana se basa en convencer a las mujeres que deben votar a una vicepresidenta sólo por el echo de la pertenencia a un género necesitará unos toques de magia unidos a un truco, ilusión o como quieran llamar que no debe terminar en otra casa que en un gran fiasco.

Las mujeres representan alrededor del 60% del voto demócrata y creo que no van a consentir volver a los años setenta en cuanto a la necesidad de luchar por derechos que tienen ahora y que la señora Pallin quiere abolir, volver a ir a Canadá para abortar, casar a las hijas con pronta edad si están embarazadas aunque sean menores para que luego seguramente se arrepientan de lo que han echo cuando vean que su matrimonio no es fruto de un amor sincero sino de una decisión de una señora que quiere vivir la vida de su hija y convertirla en la sombra de su marido.

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