Parece ser que en el próximo congreso de JJSS se van a debatir tres propuestas estrellas, la primera consistiría en rebajar la edad de voto a los 16 años, legalizar la eutanasia y finalmente proponer la Renta Básica de Ciudadanía.
Está última propuesta me resulta ciertamente curiosa, la Renta básica sería a grandes rasgos un salario que percibiría una persona con el único requisito de ser ciudadano español.
Esto me plantea serias dudas de su viabilidad, según el Tratado de Maastrich existe la figura de la ciudadanía de la UE que sería el demos de una futurible constitución europea. Sin lugar a dudas si esta medida fuese exclusivamente aplicable a los ciudadanos españoles residentes en el territorio español, qué haríamos con los ciudadanos tanto de la UE como los que no lo sean que conociendo esta propuesta fueran atraídos para formar parte de este cuerpo político tan beneficiado.
Otro elemento a subrayar, si las personas gastan en función de la renta que perciben por regla general, no se verían afectados los precios al disponer todos los ciudadanos de un umbral mínimo de renta y por tanto estarían dispuestos a pagar más por algo que antes valía menos. Es decir, si cada ciudadano del Estado español tuviera como mínimo al margen de lo que ganara por su trabajo una renta que oscilara alrededor de 800 euros al mes (unos 3,6 billones de euros) , no sería raro que este ciudadano estuviera dispuesto a pagar dos euros por una barra de pan debido a que el esfuerzo real sería igual que si tuviera que pagar 50 centimos si no dispusiera de dicha renta alternativa. Creo que esto afectaría a la política de precios, a la inflación y que sería una medida que tendría difícil aplicación sobre todo debido al número de personas que intentarían acceder a ella, sin olvidar que para asumir este gasto el Estado debería eliminar casi todas las prestaciones sociales dejando al particular la posibilidad de pagar las prestaciones sociales, la sanidad, la educación...
Además que sería de la cultura del trabajo que ha defendido la izquierda europea, si el salario fuera de esa cantidad cuantos podrían decidir no trabajar debido a que ese salario supera lo que muchos ganan al mes trabajando muchísimas horas, además al ser una renta universal se rompería la progresividad y el fin redistributivo de los impuestos que son dos valores de la izquierda, como podríamos explicar que el Sr. Botín con todos mis respetos cobrara dicha renta igual que una familia que sobreviva con una renta disponible inferior a mil euros.
Me gustaría que me contestaran a estar sencillas preguntas que sin lugar a dudas presupongo que se haría mucha gente antes de proponer dicha medida.
2 comentarios:
yo no lo podría dejar mas claro ,Roberto ,en fin ,tejo con una frase de Bertold Brecht Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles para que reflexiones
saludos
A ninguno de los que te conocemos nos extraña esta opinión tan frívola y asentada sobre los pilares más rígidos del injusto sistema capitalista que hace hoy que 2/3 de la población mundial se halle bajo el umbral de la pobreza; formulada por un personaje que poco a poco va variando su ideología, amoldándola al resoplido del viento más fuerte para el solo sentir personal. No nos extrañaría verte pronto defendiendo los colores que hoy vilipendias (culminaría una trayectoria lógica); sobre todo porque te hemos visto en el pasado recoger el adalid de la defensa de la Renta Básica y defenderlo de manera enérgica y argumentada en varios foros, pero claro... cuando estaba de moda la propuesta. Ahora está de moda las elecciones en Estados Unidos, cuna del imperialismo promotor de los valores que alardeas.
No obstante, para recordarte a ti, libre pensador, tus ex-argumentos sobre la Renta Básica, te dejo las palabras de Daniel Reventós que pueden solucionar algunos de tus planteamientos.
"¿Fomentará el parasitismo?
Esta crítica acostumbra a ir acompañada explícita o implícitamente de algunas confusiones. Entre otras: la que equipara trabajo con trabajo monetariamente remunerado y la que identifica no estar percibiendo ninguna remuneración monetaria por una actividad con “no estar haciendo nada”.
Hay una serie de actividades, trabajos, a cambio de las cuales no se percibe ninguna remuneración. Como se ha apuntado más arriba, hay un trabajo con remuneración monetaria, un trabajo doméstico y un trabajo voluntario. Si el trabajo con remuneración monetaria fuera el único, entonces las mujeres, mayoritariamente mujeres, por supuesto, que realizan trabajo doméstico no estarían trabajando. Punto que permite enlazar con la segunda confusión. No estar realizando un trabajo con remuneración monetaria no equivale a no estar haciendo nada. Es una posibilidad, pero puede ser perfectamente posible que se esté desarrollando un trabajo doméstico o un trabajo voluntario. Fijémonos en que existen muchos trabajos por los que se percibe una remuneración, a menudo muy generosa, y que sería fácil ponerse de acuerdo en que su utilidad social es inexistente o incluso contraproducente. Piénsese, por ejemplo, en las ocupaciones que tienen que ver con los ejércitos, muchos de los cuales han dirigido sus armas contra sus propias poblaciones, o en la de determinados cargos simbólicos, muy bien remunerados, tanto del sector privado como del público.
Entendemos que incurre en parasitismo quien obtiene un beneficio derivando parcial o totalmente el coste sobre otra persona. La crítica no es exclusiva de la Renta Básica. Cualquier medida que haya beneficiado a la población más pobre o con niveles de renta más bajos ha merecido siempre por parte de las derechas políticas y académicas, con alguna heroica excepción, y las patronales la acusación de que “fomentaría el parasitismo” o “la gente no trabajaría”. Precisamente la Renta Básica permitiría por primera vez en la historia de nuestra especie que todos pudieran hacer lo que desde siempre solamente han podido hacer unos pocos, la parte más rica de la población, a saber, la posibilidad de vivir sin hacer ninguna contribución. Pero, alegará todavía algún crítico insatisfecho, es justo que “el hombre que no trabaje, que no coma”, según se dice en la “Segunda carta a los tesalónicos”, de Pablo de Tarso. Sin embargo, en nuestro mundo, quien no disponga de tierras o de capital no puede elegir dejar de trabajar para otro, si es que la posibilidad de “no morir de hambre” se considera propiamente una alternativa. La implantación de una Renta Básica garantiza la reciprocidad; su ausencia la impide. Actualmente, sólo una parte pequeña de la población puede elegir entre trabajar remuneradamente o no hacerlo. Con la Renta Básica sería una posibilidad abierta a toda la ciudadanía. El principio paulino “quien no trabaja, no come” es efectivo solamente para los pobres, no para todos los componentes de la sociedad, en ningún caso para los más ricos. Hay ricos que comen y no trabajan".
Por cierto, yo soy pintor.
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